El significado más extendido de vereda es aquél de camino rural entre localidades. Pues bien en documentación archivística recibir vereda era recibir por correo ordinario órdenes, circulares u escritos que provenían en su mayor parte de alcaldes de pueblos vecinos para comunicar los más diversos asuntos.
Lo más común era formar libros registro dónde se apuntaban todas las veredas recibidas, que traía el “veredero”. En ocasiones en los libros de registro se unen las veredas y las órdenes u ordenanzas, ya que ambas eran comunicaciones para el concejo, aunque las órdenes solían venir de cargos más altos, con temás que afectaban a todo el reino y siempre mecanografiadas, aunque su asiento en registro se produjese de forma manuscrita.
Las veredas podían contener como temas contribuciones, rentas, pago de impuestos como el de la sal, Milicia Nacional… En ocasiones era necesario el envío de péritos a las localidades para cerciorarse del cumplimiento de lo mandado, como en una vereda de 1828 para controlar el uso de Tabaco Hoja Brasil en los estancos y su retirada si no era apto para el consumo.
Las veredas se distribuían entre pueblos, como por ejemplo esta última, que iba dirigida a Tronchón, Iglesuela, Puertomingalvo, Aliaga, Luco y La Cuba.