El molino de Miravete de la Sierra ya no muele trigo, pero está perfectamente conservado y es la mejor forma de conocer una de las partes más importantes de la economía de los pueblos hasta hace medio siglo. En el exterior del edificio existe la antigua balsa para almacenar agua y la entrada al cubo. En las plantas superiores se hallaba la vivienda del molinero. Todavía se conserva la “limpia”, una máquina destinada a la limpieza del grano.