El Hospitalico de Tronchón

En 2018 la Asociación Cultural de Tronchón decidió abrir las arcas del antiguo hospital, desconociendo lo que contenían.

Estaban repletas de camisas, mantas, sábanas, toallas, etc… pertenecientes al antiguo hospitalico. Estaban en perfecto estado, como si acabasen de hacer la colada y planchar la ropa. Ello a pesar que llevaban casi un siglo cerradas.

A partir de ese momento, el ayuntamieno solicita ayuda a la Comarca del Maestrazgo. Se piensa en recuperar el espacio del antiguo hospital recreando su función a partir del ajuar.

Los trabajos realizados por la Comarca del Maestrazgo han sido:

– Inventario, limpieza y restauración de las piezas. A cargo de la restauradora Nieves Guillén.

– Investigación en archivos locales, universitarios y recuperación de memoria oral.

– Elaboración de contenidos para el discurso expositivo.

– Coordinación de la exposición.

En tres meses, se podrá visitar el único hospital de Aragón que ha conservado su ajuar prácticamente completo. Adelantamos en esta exposición virtual los contenidos.

Autoras: Área de Patrimonio Cultural de la Comarca del Maestrazgo.
Sofía Sánchez Giménez y Adriana Germán Martín. 2020.

Origen del hospital de Tronchón

A finales del siglo XVI hay constancia de una especial densidad de estas instituciones en Aragón, en las fronteras con Valencia y Castilla.

Aunque la primera mención de un hospital en nuestra comarca se refiere al fundado, en 1352, por María Mengo y Domingo Calatayud en La Iglesuela del Cid.

Desconocemos su origen pero sabemos que, en 1579, ya había un hospital en Tronchón. En la visita pastoral, del 5 de noviembre de 1601, se dice que el edificio está derruido, sin cama ni ropa, y convendría repararlo. En otros pueblos del entorno también se llamaba la atención sobre la precariedad en la que se hallaban estas instituciones por necesitar reparos, no tener rentas, cama ni ropa, como en los casos de Mas de las Matas, Las Parras de Castellote, Luco de Bordón, Santolea, Los Olmos, La Mata y Olocau del Rey.

Los patronos eran el concejo y la parroquia. Siendo esta circunstancia de lo más común junto a la actividad promotora de la nobleza.

Cuidados hospitalarios

Los pobres de solemnidad, huérfanos, ancianos, viudos, enfermos, lisiados y viajeros tenian que recurir al hospital por falta de dinero, seguridad o apoyo de la familia. Los cuidados sanitarios eran tan importantes como la alimentación, cama, techo, y la asistencia espiritual, además de que favorecían la inclusión social. Los “pobres de solemnidad” eran empadronados, conservándose en el ayuntamiento varias cédulas de 1872, así como varios expedientes certificando esta condición para poder acogerse a la asistencia municipal. Además había un libro de registro de los mendigos autorizados a pedir limosna. El hospital estaba asistido por los mismos médicos, cirujanos y boticarios que atendían al resto de vecinos. La Junta del Hospital estaba formada por el cura y algunos vecinos y era presidida por el “padre de los pobres” quien se cuidaba de cobrar los rentos y, si hubiera algún enfermo, de administrar el dinero para atenderlo. La comida, limpieza y vigilancia correspondían al “hospitalero” que compatibilizaba el cargo con el de enterrador.

Los hospitales eran instituciones benéficas donde se atendían las necesidades del cuerpo y el alma de los más vulnerables (enfermos y pobres de solemnidad). También daban cobijo a los transeúntes. El Hospitalico de Tronchón forma parte del conjunto de hospitales de Aragón, con origen en los pirenaicos del siglo XII que se van extendiendo hasta llegar a las montañas del Maestrazgo.

Eran lugares que vehiculaban la caridad cristiana y más tarde la beneficencia pública, evitando extremar la situación de los más desfavorecidos, que podría perjudicar la imagen de la comunidad, al mismo tiempo que suponían una forma bastante eficaz de control social.

Sostenimiento

Algunos pequeños ingresos llegaban a través de limosnas depositadas de forma anónima en un armarito que había junto a la puerta principal con una ranura desde el exterior. A mediados del XIX se menciona una Obra Pía fundada por Gaspar Miró (propietario de la Casa de los Marqueses de Valdeolivo) para atender a los pobres.

Por otro lado, algunas tierras de cultivo y pastos pertenecieron al hospital: La Loma del hospital, el Rallo, unas suertes en Palomita y tierras donadas por particulares: artigas en Santa Ana y un huerto en el Alcañizuelo. Por el uso de esas fincas los ganaderos pagaban un alquiler que administraba la junta del hospital.

Epidemias

Los hospitales cobran protagonismo en momentos donde la salud de la población se ve más comprometida. La epidemia de cólera de 1855 obligó a establecer unas medidas de higiene y control social más severas para evitar el contagio. En Tronchón, atendiendo a las recomendaciones del gobierno
se creó un lazareto fuera de las murallas, probablemente en el conocido como “Corral de la Villa”, donde se acomodarían las personas que tuvieron que pasar cuarentena, establecida en 22 días. Las Juntas de Sanidad y Beneficencia impusieron medidas de vigilancia más intensas a través de los centinelas y ordenaron
la limpieza de calles, portales, fuentes y pozos para lavar. Como medida adicional se habilitó la casa-castillo para albergar a los enfermos y se contrataron enfermeras, enfermeros y hombres para la conducción de enfermos y cadáveres.

Los hospitales eran lugares que vehiculaban la caridad cristiana y más tarde la beneficencia pública, evitando extremar la situación de los más desfavorecidos, que podría perjudicar la imagen de la comunidad, al mismo tiempo que suponían una forma bastante eficaz de control social.

Distribución del edificio

Tras la puerta hay un amplio espacio con el suelo empedrado que ofrecía protección a familias que vendían trapos y cestos. En el piso superior se encuentra la sala principal donde se atendía a los enfermos. Da a la calle a través de un balcón que permitía airear la estancia donde se atendía a los enfermos y asomarse por un ventanuco para comprobar quién pedía cobijo. Otras dependencias como cocina, cuadras, o lugares para almacenar alimentos ocuparon el resto del edificio, hoy muy transformado. La vivienda del hospitalero, era contigua a este edificio y tenía una cocina diferente a la del hospital. 

San Nicolás protector de los niños

En Tronchón, en 1601, había una cofradía dedicada a San Nicolás. Las cofradías fueron consecuencia de la laicización de la sociedad, atendían a sus propios miembros y tenían capacidad asistencial a través de la limosna y el hospital. Junto al ajuar del hospital había una vajilla de cofradía decorada con las letras de su nombre. San Nicolás es patrón de los niños, pobres, peregrinos y viajeros. En la memoria ha quedado la celebración a principios de diciembre de la fiesta de este santo, con hogueras en las calles y en las que los niños se divertían cantando una cancioncilla.

San Nicolás santo bendito confesor de Jesucristo
la gallina que compremos mandó el rey que la matemos.
Cebollín, cebollán, debajo el banco allí morirás.
Y todos que no nos den ni ramas ni leña,
todos los perros van detrás de una ballena.
Tripas de buitre, ojos de fuina, toda la mierda ya sabes…

San Nicolás santo bendito confesor de Jesucristo
la gallina que compremos mandó el rey que la matemos.
Cebollín, cebollán, debajo el banco allí morirás.
Y todos que no nos den ni ramas ni leña,
todos los perros van detrás de una ballena.
Tripas de buitre, ojos de fuina, toda la mierda ya sabes…

Para curar el alma

En los inventarios hospitalarios se mencionan cuadros y crucifijos que servirían a la atención espiritual de los acogidos. En el de Tronchón se han conservado dos piezas religiosas de bastante calidad. Una Virgen Inmaculada barroca y un crucifijo relicario con relieve en metal y caja de madera.

Ajuar hospitalario

El Hospitalico se cerró antes de la Guerra Civil y el edificio no tuvo uso hasta que se reforma en 1995, momento en el que se trasladan los bienes que contenía. En 2018, la Asociación Cultural de Tronchón abrió las arcas del hospital que se encontraban en los bajos del ayuntamiento desde su traslado. El ajuar del hospital de Tronchón es especialmente valioso por la cantidad y variedad de piezas y su excepcional estado de conservación, que lo convierten en único en Aragón.

Los inventarios

Tenemos constancia de dos inventarios de hospital en la Comarca del Maestrazgo. Uno medieval perteneciente a Cuevas de Cañart de 1480 y un conjunto de varios inventarios desde finales del XIX a la primera mitad del XX para el caso de Cantavieja. También del siglo XVIII contamos con el inventario del hospital de Albarracín. Una de las conclusiones que podemos extraer de su estudio es que lo conservado en Tronchón supone un excelente ejemplo de la dotación de estas instituciones en el ámbito rural, gracias a que ha llegado hasta nosotros un buen porcentaje de las piezas que formaron parte del ajuar inmediatamente a su cierre.

Tres arcas llenas de ropa

En un arca de madera de pino se guardaron hasta 36 camisas de mujer y 13 de hombre, bien remendadas y perfectamente limpias gracias a la efectividad de la colada. En otra arca se guardaron las vendas, algodón, paños, toallas, mantas y sábanas. Y en una tercera se conserva un cajoncito cerrado con llave, encadenado al fondo, donde debieron custodiarse los caudales del hospital.

Para descansar

Cada cama comprendía un jergón, un colchón, una almohada, dos sábanas y dos mantas, conservándose en Tronchón un buen número de piezas. También hay una camilla de madera encordada, otra con funda y otra más para trasladar enfermos.

Elementos de higiene y cuidados sanitarios

Podemos hacernos idea de cómo fueron las atenciones hospitalarias a partir de la existencia de un buen número orinales y escupideras, un hatillo con numerosas vendas y paños para la menstruación, así como toallas e incluso una bañera de zinc y una silla de barbero que el cirujano estaría obligado a usar para afeitar los sábados, domingos y vísperas de festivos.

Para comer

Para la elaboración y reparto de la comida se necesitaban numerosas piezas de ollería que no se han conservado. Y para servirla quedan pucheros, jarras, una tortera, un frutero, platos y tazas de porcelana de diferentes momentos. Algunas de las piezas cerámicas probablemente procedan de los obradores locales que tuvieron una amplia producción hasta bien entrado el siglo XX y un alto grado de sofisticación. En los hospitales de la comarca se solía repartir una escudilla de sopa y algo de chocolate

Hospitales en la comarca del Maestrazgo

Personas fallecidas de Tronchón que pasaron por el hospital

(Datos aportados por Horacio Quintero, sacerdote de la Diocesis de Teruel, a partir del vaciado de los libros de defunción).

Nombre Fecha de fallecimiento Otros datos de interés
Juan Rabasa
12/2/1579
Murió pobre en el hospital.
Úrsula Morera
14/2/1584
Murió pobre en el hospital.
(de nombre ilegible)
XX/XX/1584
Murió pobre en el hospital.
María Pasqual
04/04/1758
Muerta en este Hospital.
Hombre desconocido
10/9/1773
Hallado muerto en Mas de Juliano.
Adulto desconocido
27/10/1776
Encontrado muerto en la Rambla.
Niño desconocido
29/9/1783
De 10/12 años. Encontrado muerto el 26/09/1783.
Miguel Rillo Giner
8/5/1786
Hallado muerto en los montes.
Miguel Alloza Ayora
8/5/1786
De 76 años. Viudo. Llevado al hospital el día anterior.
Joaquín Fandos Martín
6/6/1790
Muerto en el hospital de natural enfermedad. Enterrado de limosna.
Miguel Alejo
22/9/1790
Muerto en el hospital. Pobre de solemnidad.
Lamberta Galilndo Ferrero
7/11/1800
De 60 años. Muerta de natural enfermedad.
Pasqual Galve Gascón
20/3/1804
De 31 años. Muerto al caerle encima un tronco de carrasca.
Justa Zapater Ibañez
10/9/1785
Sin bienes. Murió de calentura habitual.
María Serret Obón
27/3/1813
De 56 años. Muerta de calentura. Entierro solemne desde el hospital como se hace con los pobres de solemnidad.
Juan Jordá
22/11/1822
De 23/24 años. Natural de Ascó.
Joseph Ferrer
18/4/1823
De 58 años. Viudo natural de Cervera. Mendigo.
Ramón Igual
13/7/1828
Murió en La Palomita. Depositado en el Hospital.
Thomas Conesa Bux
21/11/1830
De 14 años. Hijo de Miguel e Inés. Enterrado de limosna.
Josefa Fandos Gascón
10/11/1832
Mujer de Juan Montoliu. Pobre de solemnidad.
José Coloma Galindo
30/5/1836
De 46 años. Viudo de Ma Gascón. Enterrado de limosna.
Ramón Ejarque
22/7/1836
De 58 años. Marido de Victoria Artola. Natural de Todolella.
Raimundo Lor Ayora
27/7/1836
De 10-11 años. Enterrado como pobre.
José Coloma
18/9/1837
De 71 años. Llevado muerto al hospital. Marido de Águeda Junco. De 11 años. Llevado muerto al hospital.
Antonio Mateo Marin
26/12/1837
De 11 años. Llevado muerto al hospital.
Manuel Vallés Rillo
5/1/1838
Marido de Simona Fandos. 70 años de edad. Pobre
Jacinta Monforte Zurita
17/1/1839
11 años. Hijo de Joaquín y Teresa.
María Soler Mateo
22/6/1839
Hija de Mariano y María. 8 años.
Miguel Mateo Serred
11/10/1839
Soltero. 40 años. Pobre de solemnidad.
Águeda Junco
29/3/1840
48 años. Viuda de José Coloma. Enterrada el 31/3.
Josefa Altabas Zurita
21/4/1840
Viuda de José Soler. 60 años. Llevada al Sto. Hospital.
Ramón Dolz Royo
27/1/1842
Viudo de Juana Ana Rillo. 66 años de edad
Ramón Franc Fran
27/9/1842
Niño de 1 año. Hijo de Francisco y Juana.
Bernardino Orrios Querol
17/6/1843
Soltero de 31 años. Enterrado como pobre.
Teresa Marín
14/7/1846
48 años. Llevada al hospital para entierro por caridad.
José Carceller Soler
12/8/1848
7 años de edad. Hijo de Nicomedes y Joaquina.
Salvador Mateo Serred
19/12/1849
Viudo de Teresa Marín. 50 años.
Josefa Rillo Julian
30/3/1849
Soltera de 24 años. Murió en el Santo Hospital
Maria Antonia Ejarque Carceller 
26/6/1853
Viuda de Gerónimo Osed. 60 años.
Justa Pallarés
9/4/1851
Consorte de Ramón Galve.
Auspicio Monforte
13/9/1853
Soltero 36 años. Llegado de Bordón muerto.
Joaquína Mateo Serred
17/4/1858
Soltera. Hija de Juan y María.
María Mateo
2/12/1864
Viuda de Mariano Soler. 66 años. Pobre de solemnidad.
Juan Rillo Magrazo
13/12/1867
67 años. Murió en el Santo Hospital.
María Franc Fran
9/7/1868
33 años. Viuda de Pedro Galindo
María Engracia Rillo Julián
22/9/1868
Hija de José y Vicenta. 56 años.
Antonia Herrando
15/4/1873
Soltera de 18 años. Llevada al Hospital.
Rosalía Galve Royo
9/3/1874
Soltera de 35 años. Hija de Ramón y Josefa.
Anselmo Mateo García
27/4/1875
Soltero de 60 años. Hijo de Juan y Josefa.
Antonio Bayod Sancho
13/7/1875
Soltero de 20 años. Natural de Calanda.
Juan Royo Corredera
18/8/1875
Natural de Peralejos. Soltero de 22 años.
Eusebio Ricol Faci
20/7/1875
Natural de Cordoñera. Soltero de 21 años.
José Gascón Fuster
4/6/1882
Marido de Ma Millán, murió a los 37 años.
Juan Monforte Millán
17/8/1882
74 años. Viudo de Agustina Orrios y Josefa Herrero.
Felix Gascón Rillo
12/11/1886
64 años. Viudo de Felipa Conesa y Fermina Millán.