Para entender el significado y la importancia de las ventanas de las casas del renacimiento hemos de hacer un pequeño ejercicio de empatía histórica. El valor de un edificio no se sustancia únicamente por su tamaño o por su ubicación. Existen elementos arquitectónicos que, por su complejidad, sirven para transmitir los mismos conceptos. Las casas humildes se levantan con gruesos muros y pequeños vanos, pues resulta peligroso abrirlos demasiado grandes y poner en riesgo su estructura.
Los grandes vanos de las casas señoriales representan la participación de maestros de obra especializados y traídos exprofeso para tal labor. Tienen el mismo sentido que las portadas, de hecho, en muchos de nuestros palacios, se asocia la portada con la ventana principal, la que corresponde a la sala noble del edificio. Lo mismo se puede decir de la organización de las ventanas en la fachada y su regularizada articulación, en contraposición con las ventanas del resto de casas del entramado urbano. Siguen con ello el espíritu del renacimiento en su orden, equilibrio y simetría. Si además de organización y de sus dimensiones, añadimos a la ecuación el uso de finos parteluces o de alféizares esculpidos tenemos como resultado un especial símbolo de la importancia de la arquitectura señorial.