La documentación sobre racionamiento de postguerra está presente en muchos archivos de la comarca. Queda presencia de las altas y bajas en las cartillas de racionamiento así como las solicitudes de abastecimiento para recién nacidos y adultos. También queda registro de las existencias mensuales de las localidades y los ultramarinos. El acta que describimos pertenece a la Delegación de Abastecimientos de La Cuba y consta de una lista de cartillas de racionamiento a las que se le suprime los cupones de pan por ser sus propietarios poseedores de reservas de trigo.
Muchos de los agricultores de la zona no tenían derecho a retirar pan en los ultramarinos de la localidad, puesto que ya tenían trigo y estas reservas se consideraban suficientes, los cupones eran cortados de dichas colecciones y “destruidos por el fuego.”
En muchas zonas rurales del país los cupones de racionamiento contenían cantidades más bajas de existencias que en las ciudades, porque se suponían productores de muchas de ellas. Moreno Fonseret lo explica así: “…pueblos clasificados como rurales no reunieron las condiciones que lógicamente debieron distinguirles como tales; ni las producciones ni los productos cultivados justificaban por sí solos una diferencia tan notable en el racionamientos de los alimentos básicos…”.