El regalo de Francisco Peña, presidente del alto tribunal eclesiástico de la Rota en Roma. La iglesia de Villarroya parece construida en la ciudad eterna. La decoración de sus retablos, los retablos en piedra, los balcones para asistir a la misa, las bóvedas estrelladas del crucero, combinan el estilo italiano del siglo XVI con el gusto local. Una verdadera rareza artística que hay que agradecer a uno de los hijos más ilustres de la localidad, aunque no llegara a ver terminada su obra.
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