Eleuterio Blasco pinta el retrato de una joven, de pie y con las manos entrelazadas por delante de la cintura. Tiene un cuello esbelto y la cara ovalada con los labios rojos y cerrados; la nariz pequeña y recta, y enormes ojos negros de largas pestañas bajo las cejas finas y la frente despejada.
Tiene el cabello liso y claro. El fondo está formado de zonas más o menos iluminadas en tonos marrones verdosos y rojizos. La figura femenina tiene amplias zonas manchadas de negro dando un sentido trágico a su aspecto . El rostro tiene zonas sombreadas de vivos rojos y verdes.