La ermita de la Virgen de Loreto, ubicada en las inmediaciones de Fortanete, presenta las características arquitectónicas prototípicas de las ermitas de esta advocación distribuidas con gran profusión en la Comarca del Maestrazgo.
Eduardo López indica que la devoción mariana, bajo la advocación de Loreto, hace que en su interior se venere la imagen de una Virgen con el niño delante de una casa donde aparece la inscripción “domus lauretana”. La denominación de la ermita deriva de la tradición según la cual su casa natal se encontraba en Loreto. Jesús Javier Villarroya recoge las letanías que entonan por las tardes, principalmente mujeres, los días 31 de agosto y el 8 de septiembre durante la celebración de la Novena dedicada a la Virgen.
Realizado en mampostería y cantería en estilo barroco el edificio es uno de los primeros ejemplos de esta tipología en la Comarca. Algunas ermitas bajo esta advocación con un esquema similar al que presenta esta construcción (una sola nave y atrio a los pies con columnas y ventanal enrejado) se edificaron en el siglo XVII. Entre ellas se encuentran la ermita del Loreto en Villaroya de los Pinares, la ermita del Loreto en Cantavieja, la ermita del Loreto en Iglesuela del Cid o la ermita de Nuestra Señora del Loreto en Allepuz.
El edificio de planta rectangular posee una sola nave de dos tramos cubierta con bóveda de medio cañón con lunetos. La cabecera presenta una cúpula sobre tambor, con ocho pequeñas ventanas, y en el siguiente tramo dispone de la sacristía y el trascoro con bóveda de medio cañón con lunetos decorada con pinturas.
En el exterior, la ermita rematada con una espadaña sin campana, posee una cubierta a tres aguas cubierta por medio de tejas que sobre la zona de la cúpula poseen una mayor decoración al estar pintadas en colores verdes y azules.
La iglesia está precedida por un gran atrio delimitado a través de un pequeño muro lateral con bancada donde se apoyan cuatro grandes columnas dóricas de sillería. Lo más interesante de este pórtico abierto es la conservación de una techumbre de madera con un alero decorado que data de 1663.
Si bien la entrada a la ermita se realiza a través de un pequeño acceso situado en el flanco lateral derecho, el atrio, presenta en el frontal una ventana rectangular con una reja de forja que permite observar el interior. La fecha de su construcción se localiza en el dintel donde se observa una inscripción del año 1646, año de fundación de la ermita, según se recoge en las visitas pastorales de los siglos XVIII-XIX.
En el pórtico abierto se observa un suelo enguijarrado, según Jesús Javier Villarroya fue restaurado hace unos años por Gabriel Muñoz, donde este espacio sirve para la purificación previa a la entrada al espacio sagrado. El 10 de julio en este suelo se bendicen las tortas de san Cristóbal.
El interior del templo está decorado especialmente en la zona de la cabecera donde bajo la cúpula se encuentran cuatro pechinas con el repertorio iconográfico de la historia de cuatro mujeres bíblicas (Judith, Jael, Joel y Ruth). La bóveda de cañón cubierta con decoración floral conserva en los lunetos una serie de recuadros donde en el lado del Evangelio aparece la Presentación y en el lado de la Epístola la Adoración. Los rostros de los personajes de estas pinturas aparecen borrados al sufrir “Damnatio memoriae”.
Bibliografía
LÓPEZ BERNAL, E. Santuario de Nuestra Señora de Loreto (Italia). Ontejas. Asociación Cultural de Fortante, Nº 9, Mayo de 1997.
VILLARROYA ZAERA, J. J. La Virgen del Loreto. Ermita y gozos. Ontejas. Ontejas. Asociación Cultural de Fortante, Nº 8, Mayo de 1996.