Eleuterio Blasco pinta el retrato del Quijote.
Cortado a la altura de los hombros su rostro alargado aparece simétricamente representado en el centro de la composición. Lleva la bacía metálica que lo caracteriza y una barba con dos picos y largo bigote. El rostro está cruzado por líneas que lo dividen en zonas de color; amarillo, rojo, castaño, blanco,… El fondo es claro.
Sobre el retrato se han trazado líneas de dos en dos creando una red que parece atrapar al personaje. También se ha manchado mojando la mano izquierda en pintura y pegándola al lienzo hasta diez veces de forma desordenada.