Los quiñones eran parcelas de tierra de dimensión variable según los usos locales. La cédula de quiñones era pues un documento dónde se registraba la contribución territorial que los vecinos debían abonar al ayuntamiento por la posesión de quiñones En La Cuba durante el S. XIX, tomaremos como ejemplo 1861, los vecinos realizaban las siguientes contribuciones además de la de quiñones:
Cédula de consumos
Cédula de subsidio o matrícula industrial, por posesión de carpinterías, herrerías, molinos, mesones…
Cédula de contribución extraordinaria, por déficit de gastos del ayuntamiento, como los causados por una guerra
Cédula del salario del cirujano/ médico/ profesor/ boticario/ albéitar
Otras contribuciones puntuales, como la del vino
En múltiples ocasiones el vecindario realizaba parte del pago en trigo, y aportaba lo estipulado según las medidas que aparecen en la imagen de la izquierda: cayces, barcillas, almudes y cochuelos. El pago en metálico se aportaba en reales de vellón y maravedíes.