Durante la Semana Cultural de La Iglesuela del Cid, y como ya anunciamos, se celebró una Mesa Redonda sobre el Patrimonio arqueológico de la villa, centrada especialmente en la Ermita de Nuestra Sra. Del Cid. La Mesa fue dirigida por los profesores Ferran Arasa, profesor de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Valencia, y por Pere-Enric Barreda, de la Universidad de Barcelona, y organizada por el Centro de Estudios de La Iglesuela,
Ambos profesores explicaron lo que se conoce sobre el inicial poblamiento prehistórico y el origen íbero de la población, alrededor de la actual ermita, y los posteriores pasos a población romana, árabe y cristiana, hasta que la villa se ubicó definitivamente donde se halla hoy en día, en la época en que perteneció a la Orden del Temple. Se habló también de las distintas fases constructivas, reconstrucciones y ampliación de la Ermita del Cid, y los restos íberos y romanos que aun pueden observarse en el edificio, así cómo de los límites del poblado íbero que hay junto a ella, y que pasó luego a ser romano.
El numeroso público se interesó especialmente en saber dónde se encuentran en estos momentos los restos de diferentes épocas hallados y estudiados. Estos están principalmente en el Museo de Teruel, y los asistentes abogaron por un futuro pequeño Museo Arqueológico en La Iglesuela, que pueda recoger estos restos prehistóricos, íberos, romanos, musulmanes y medievales en la propia villa.
A continuación, los profesores, junto a los asistentes, subieron hasta la ermita, donde se mostró “in situ” lo comentado en la Mesa: se visitó el interior de la ermita y de la hospedería de ésta, donde puede observarse el primitivo monumento funerario romano que se aprovechó para la edificación primitiva del templo cristiano; las fachadas exteriores de ambos edificios, para señalar la cantería romana, muchas de cuyas piedras conservan aun inscripciones y bajorrelieves romanos, y el distinto tipo de material de construcción en las fachadas exteriores, que muestra las diferentes etapas y ampliaciones de la ermita. El acto concluyó con un paseo por los restos de la ciudad íbera y luego romana, mostrándose calles, ubicación de casas, bases de murallas y límites de la población, aljibe, roderas de carros (pues se cree que la población romana era paso importante de comunicaciones y comercio), etc. También se explicó cómo en el extremo del Morrón se supone que se ubicaban casas colgantes, al estilo de las actuales de Cuenca, y que las roderas, que están al borde del barranco, muestran, por las mencionadas roderas, un camino perdido, que continuaba montaña abajo, tras atravesar toda la ciudad.