La torre campanario se construyó en 1612, sobre la calle mayor. Bajo el paso de la torre se encuentra el pórtico de la primitiva iglesia, con un estilo de transición del románico al gótico.
En el primer cuerpo de la torre se encuentra la maquinaria del reloj, y las escaleras permiten acceder a las salas de exposiciones que fueron vivienda del campanero, estando habitada la torre hasta los años 70 del siglo pasado. En la primera de las salas se ha recreado la antigua escuela de la partida masovera del Barranco de San Juan; y en la segunda sala hay una muestra de la vajilla del XVIII de cerámica de Teruel, con ella se agasajaba al concejo de Cantavieja cuando se celebraba la fiesta en dicha partida.
La principal función de este era albergar las campanas, y por ello hacemos una mención especial a las mismas. Según la visita pastoral del año 1849, la torre poseía 5 campanas, todas ellas con un nombre en referencia a la advocación a la que se dedicaban:
La de Santa María, con un peso de 100 arrobas; la dedicada a San Lamberto de 74 arrobas; también la de San Esteban de 50 arrobas; la siguiente que destaca es la de San Miguel de 40 arrobas; por último la dedicada a Santa Bárbara de 29 arrobas. Cabe precisar que, fuera de la torre, en la espadaña de la iglesia, se encontraba otra campana más pequeña, con un peso de 8 arrobas, sin nombre, la cuál se utilizaba para llamar a misa y al rosario.
Durante el verano de 1936, y debido a la Guerra Civil Española, las campanas fueron arrojadas desde el campanario, aunque algunas resistieron, como ocurrió en otras localidades cercanas, como es el caso de la campana de señales, la cual resistió al conflicto. La campana que actualmente se encuentra en el Loreto es la campana originaria de la espadaña de la Iglesia de la Asunción.
Hoy en día, según la asociación Dels campaners, el campanario cuenta con 3 campanas, la campana mayor se fundió en el año 1968, y más concretamente en los talleres de la fundición Manclús del Grao de Valencia. Otra campana, la pequeña, es de esta misma fundición, aunque la fecha de su fabricación no se sabe a ciencia cierta podría coincidir con la de la campana mayor. La campana mediana fue adquirida en el año 2003, y su fundidor fue Mario Portilla Matanza.
Actualmente las campanas repican mediante electromazos. La Mediana toca las horas, mientras que la grande los cuartos. Esto no es algo común, ya que los cuartos suelen tocarse con una campana más aguda que las horas. Otro punto no habitual es que se toque el Ángelus con la Pequeña, ya que tradicionalmente se interpretaba con la campana mayor de la torre.