Está situado en el término de Montoro y se le llama ermita de la Roqueta por estar arrimada a un peñón. El padre Faci menciona que la imagen del Santo Apóstol fue hallada en un pozo en el mismo peñón y que se le dedicó la ermita en ese mismo lugar. También explica que su antigüedad es mayor al año 1350, cuando siete vecinos de Villarluengo salieron en romería por los santuarios de Aragón para pedir agua y que, cuando volvían a casa, se acercaron al santuario de San Pedro en Montoro y comenzó a llover.
La procesión de los vecinos de Villarluengo hasta la ermita se repite todos los años, el sábado más cercano a San Marcos, con los romeros ataviados con sus capas y portando velas, siendo considerada una de las que mejor ha mantenido los estrictos rituales que caracterizaban este tipo de manifestaciones.
Templo barroco de pequeñas dimensiones. Está construido en mampostería y es de planta rectangular, de una sola nave.