Puentes de piedra sobre arcos de medio punto, apuntados o rebajados, podemos cruzar en la Comarca del Maestrazgo en bastantes ocasiones.
Al ser una zona de montaña con una orografía compleja y ser una de las regiones más despobladas de Europa, tenemos la ventaja de haber conservado excepcionalmente muchos de los puentes que daban continuidad a caminos de herradura que conectaban las localidades.
Estos caminos hoy se han convertido en turísticos en algunos casos, pero en muchos otros son bastante desconocidos. Las cronologías de estos puentes abarcan desde la Edad Media hasta la Moderna, sin tener datos certeros sobre su construcción, a excepción del Puente del Vado en Villarluengo. A continuación se enumeran:
1. Puente de Fortanete que permitió salvar el río a las caballerías y ganado que se dirigían a Valdelinares y Allepuz o a los que en dirección contraria iban hacia Villarroya de los Pinares. Hoy está rodeado de huertos con sus paredes de piedra seca.
2. Puente del Vado de Villarluengo. En 1518 se concedió permiso para su construcción, por el concejo de Villarluengo, después de siglos de litigios.
3. Puente de Miravete que sale de la plaza formada por el trinquete, el horno y la casa del cura para conectar con el otro lado donde están los huertos.
4. Puente de Santolea, de traza medieval que pudo documentarse y hubo de desmontar en 2019 por la ampliación del pantano.
5. Puente de Cantavieja en el camino de Tronchón. Es un puente medieval en un sendero que ya no se usa y por ello se encuentra abandonado. Un chopo hunde sus raíces en la base del puente provocando grandes daños a la estructura.




