Localizado en el centro de la localidad de Allepuz, no existen constataciones ni documentos acerca de la familia a la que perteneció el inmueble, así como su fecha de construcción. No obstante, su estilo se asemeja a otras casas-palacio de la comarca, como la Casa Peña. Actualmente, está rehabilitado y acoge una de las hospederías de Aragón.
El edificio consta de 6 plantas alzadas por muros de piedra de sillar labrada y mampostería, destacando el arco de medio punto que constituye la entrada, situada en la fachada este. En la fachada sur destaca el mirador, de tres arcos de medio punto y sobre columnas de fuste cilíndrico, que se abre en el piso superior. La fachada principal, en la que se abre la portada, se compone fundamentalmente de piedra sillar bien labrada y asentada. La misma calidad muestran las dovelas de su arco de medio punto. En el resto de fachadas vemos mayor presencia de mampostería, en cualquier caso, muy bien trabajada y dispuesta.
En el interior, se contempla un zaguán con suelo enguijarrado de cantos rodados que forman espirales y radioconcéntricas, junto a una escalera labrada en piedra. Asimismo, las entreplantas lucen vigas de madera y bovedillas de revoltón. Desde aquí, también se pasaría a las estancias del servicio. Mediante una escalera de pretil de piedra se accedía a la primera planta o planta noble. De esta zona, lo más destacable es el mirador de la última planta. Se trata de un ámbito abierto al exterior mediante cuatro esbeltos arcos de medio punto sobre columnas.
La cubierta del edificio, dividido en dos crujías, cae a cuatro vertientes, apoyadas por grandes vigas de madera sin desbastar. Por otro lado, en el sótano existían algunas estancias cubiertas con bóvedas de cañón, las cuales daban cobijo a los animales.
Por último, cuenta con un horno antiguo, reconvertido a restaurante de la hospedería. Es habitual leer que estas grandes casas tienen una inspiración italiana y cuyos grandes palacios influyeron en el estilo y la forma de estas casas, levantadas en tierras turolenses. Bien pudo ser que respondieran a necesidades similares, fundamentalmente la de mostrar la riqueza y el poder de la familia que las poseía, convirtiéndose además en centros de explotación y control de las propiedades, tierras y animales, de sus dominios. Sin embargo, es conocida la relación existente entre estos territorios, pues la producción de lana de las tierras del Maestrazgo turolense se enviaba a Italia para la manufactura de sus finos paños. Junto con el material, muchos de estos nobles viajaron a Italia y pudieron traer la imagen de los palacios italianos para erigir sus casas turolenses.
Para saber más:
SIPCA: http://www.sipca.es/censo/1-INM-TER-030-021-015/Casa/Grande.html#.Yql6g3ZBzIU