Más información en: Palacio de los Marqueses de Valdeolivo en Tronchón.
Quien haya visitado Tronchón, ya habrá reparado en esta ambiciosa construcción. Se encuentra en la calle Muro en frente a la entrada lateral del ayuntamiento en clara competición con éste. A pesar de que la calle es estrecha y no permite tener perspectiva, la fachada del palacio revela la riqueza de sus salones, entradas y falsas.
Una portada adovelada acompañada de cuatro ventanas, en el piso superior, con alfeizar moldurado; la mazonería original en los cerramientos de los vanos; y el alero del tejado, nos remiten a los otros ricos palacios de la comarca, levantados en el siglo XVI como las casas Guijarro y Aliaga, en La Iglesuela del Cid, las casas Castellot y Aliaga en Mirambel o la casa del Marqués de Figuera, en Olocau del Rey y el palacio de los Miró en Forcall ambas en la vecina comarca de Els Ports.
Pues bien, tres hermanos descendientes de una familia tronchonera, decidieron embarcarse en la aventura de restaurar el palacio y volverlo a hacer habitable, invirtiendo tiempo y esfuerzos que hoy han dado sus frutos al ser aprovechado con fines turísticos.
Casimiro, el abuelo de AMADEO, JAVIER Y MARIA PILAR MONSERRAT CORTES, afincados en Traiguera, fue el último propietario de la casa. Albañil y funcionario de correos de la localidad, en junio de 1937 compró la casa a Pilar de la Sota y Carranza, heredera del vínculo de los Miró y esposa del Marqués de Valdeolivo, de donde toma su nombre, y la reformó porque debía llevar algunos años deshabitada.
El enorme inmueble sería posteriormente dividido, cuando heredaron los hijos de Casimiro. Por ello, la casa rural ocupa la mitad del zaguán enguijarrado o del lujoso salón con techumbre de madera quedando la otra mitad en el inmueble contiguo. También se eliminó una buena parte del edificio, toda la vertiente trasera, por encontrarse en mal estado. Así que en origen debió de ser mucho más grande, aunque por suerte la parte conservada es la de mayor empaque.
Por lo tanto, la denominación del palacio como de los Marqueses de Valdeolivo, sería relativamente reciente. Ya que la familia que más tiempo lo ocupó fueron los Miró y el linaje que la construyó y cuyo escudo se encuentra en la fachada pertenece a los Colás.
En una publicación de Eduardo García Menacho y Osset donde describe el Linaje de los Osset, familia noble con casa en Cantavieja, pudimos encontrar gran parte de las incógnitas resueltas, ya que los Osset emparentan con casi todas las familias nobles con presencia en la comarca, incluidos los Colás y los Miró, permitiéndonos recuperar el árbol genealógico de los propietarios de la casa.
Palacio fue heredándose en una familia con tres linajes predominantes que van emparentando en diferentes momentos, los Osset que habían sido bayles de La Cañada y luego lo serán de Cantavieja, los Colás, provenientes de La Cañada y los Miró. Los tres apellidos con palacios de similar embergadura en poblaciones cercanas a Tronchón, como son Cantavieja, Olocau del Rey y Forcall.
Sobre la portada de la casa se conserva el escudo de los Colás, aunque no coincida completamente con la descripción de 1641 del echo de armamento de caballería en la persona de don August Colás de Tronchón. En el escudo de la fachada del palacio podemos ver la torre de los Torres de Mirambel y Cantavieja, la hoja de higuera de los Figueras de Bordón o la col y los corderos de los de los Colás.
Hoy gracias al ilusionante proyecto emprendido para convertirlo en alojamiento rural, cualquiera puede disfrutar de un pedazo de esta historia, y durante unos días al menos, saber lo que es vivir como un marqués.
Autor de la ficha. Sofia Sanchez. 10 de septiembre de 2022