Es un edificio del siglo XVII, construido sobre una iglesia medieval, de la que no quedan restos, aunque sí referencias documentales a reparaciones y reformas efectuadas en 1308 y 1423.
El 12 de septiembre de 1679 hay un acuerdo entre los vecinos para fabricar la iglesia de nueva planta sobre la iglesia anterior. En 1836, durante la primera guerra carlista, se quemó la iglesia, incluido su retablo mayor, siendo reconstruida pocos años después.
Se trata de un templo de planta rectangular construido en mampostería salvo la fachada y la torre, que son de sillería. Tiene una nave con capillas laterales entre grandes muros.
El elemento más interesante es la torre, adosada a los pies del edificio por el lado del Evangelio. Tiene un cuerpo de campanas de planta cuadrada, con vanos de medio punto entre pilastras sobre grandes medallones al nivel de las impostas; se remata con una barandilla y un cuerpo superior ochavado coronado por una cúpula de sillería vista con veleta.
También al exterior destaca la portada del siglo XVII. Es en arco de medio punto, flanqueado por dos columnas sobre las que descansa un entablamento y un frontón triangular partido, interrumpido por una pequeña hornacina, a su vez coronada por un pequeño frontón curvo partido. Finalmente, luce una cornisa de ladrillo aplantillado.
En el interior la nave se divide en tres tramos cubiertos con bóvedas vaídas, salvo el tramo anterior a la cabecera, en el que se alza una cúpula muy rebajada sobre pechinas.
Las capillas laterales están cubiertas con bóvedas de medio cañón con lunetos. A los pies de la nave hay un coro alto dispuesto sobre un arco escarzano.