El PILLIRIC de La Cuba es una piedra octogonal sobre una base plana también octogonal y colocada frente al ayuntamiento. El nombre debe derivar de PELLERICH que es como aparece en la documentación medieval aragonesa. Con esta forma, similar a las molas de las cruces monumentales, es único en Aragón. En la Comarca del Maestrazgo no se conservan más, aunque queda memoria de otros en Fortanete o Mirambel.
Los pelleric o picota servían para aplicar castigos corporales y para exhibir la culpa. Las penas más graves como asesinatos o robo de mujeres para las Baylías (territorio que se corresponde en parte con la actual comarca del Maestrazgo) acababan en la horca, garrote o descuartizamiento. Las más leves eran multas económicas.
En entre los primeros y los segundos, en el pelleric las penas consistirían en los azotes estipulados según el delito, horas atados al sol, y otros castigos físicos como los descritos en un interesante artículo de Manuel Gómez Valenzuela donde trae noticias de Huesca en las que dicen sujetar al reo para ser azotado en la picota con un clavo atravesando la lengua. Encontró similares penas, en documentos referidos a Teruel o Zaragoza.
Gómez explica también que los Fueros exigían que las sentencias se ejecutasen públicamente en lugares concurridos, como es el caso de La Cuba delante de las casas del concejo y que, a la vista de todos, los alguaciles pregonaban sus delitos. Los atados en el pelleric llevaban un cartelón donde mostraban porqué se les castigaba.
En el centro de la piedra hay un agujero cuadrangular que podría servir para encajar un vástago de madera donde atar al reo. Aunque no sabemos con exactitud cómo debió usarse ya que debió de perder su función en el siglo XVIII.
