Los dominios que a lo largo de los siglos bajomedievales acumuló en la Corona de Aragón la Orden del Hospital quedaron configurados como una especie de estado dentro de otro estado, en el que, por una parte se mantenían bajo la directa dependencia del gran maestre de la orden hospitalaria, y, por otro, bajo la dependencia indirecta de la monarquía de la Casa de Aragón, según un sistema de jerarquización feudo-vasallática característico de los estados feudales medievales. Jurídicamente, las encomiendas hospitalarias eran tanto feudos de la Orden del Hospital, en calidad de estado soberano, como de la Corona, y revestían una organización semejante a la de otros señoríos medievales, en la que se establecían formalmente unas relaciones de dependencia o grados de jerarquía claramente distinguibles y propias del régimen feudal.
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