Junto a la iglesia parroquial de Santa Margarita se conservan restos del castillo.
En la fachada principal se abre todavía el arco de acceso apuntado, gótico, que presenta un perfil rebajado hacia el interior.
De las estancias interiores apenas quedan restos de muros mampostería y adobe, con arcos apuntados, fragmentos de escaleras, etc.
El horno que hoy se conserva al otro lado de la calle formó parte en origen del castillo.
El núcleo principal del castillo es también la parte más antigua y pertenece al periodo de ocupación de estas tierras por la orden del Temple, de mediados del siglo XIII. Fue varias veces reformado en los siglos de dominio sanjuanista y finalmente se convirtió en una vivienda. Ya a finales del XIX y principios del XX cambió definitivamente su distribución y aspecto, siendo finalmente demolido en la década de 1950.