El elemento característico de esta edificación, motivo por el cual se incluye en esta descripción, es el alero de la cubierta. La tipología es diferente al resto de aleros estudiados, y el proceso de construcción debió de ser éste.
Al intentar volar el alero con mayor proyección que los aleros del resto del entorno, se pudo haber colocado doble alero con dobles canes, como ya hemos visto. Sin embargo, se opto por reforzar las largas vigas del voladizo, que arrancan del muro y apean en otra viga embutida en dicho muro, con una gran viga longitudinal dispuesta aproximadamente a media distancia del vuelo total. Esta viga se sustenta en los canes, reforzados con una voluta a cada lado para mejorar su estabilidad con una pieza ensamblada en forma de T a media madera.
Los canes recibieron decoración tallada con formas vegetales, mientras que las vigas del voladizo decoran su cara hacia el suelo con tres acanaladuras. Lo más lógico hubiera sido disponer las vigas del alero longitudinalmente en línea con la fachada, siendo soportados directamente por los canes. Que se eligiera este sistema debe tenerse en cuenta para valorar la variedad de técnicas y la existencia de diferentes gustos estéticos. Este alero continúa en el edificio contiguo, ya que en la actualidad pertenecen a dos unidades catastrales diferentes.
