Se trata de dos casas diferentes ahora comunicadas y con una composición parrecida. Las portadas de ambas casas se ubican una junto a la otra de manera que las dovelas se tocan. Cada portada se acompaña de una ventana y en ambas casa el primer piso tiene grandes sillares bien cortados. Los pisos superiores son de mampostería. Desplazadas respecto a la puerta y en el centro de ambas fachadas hay una ventana de sillería con alfeizar moldurado que da luz al primer piso. Junto a esta en ambas casas se abre un ventanuco cuadrado también compuesto por grandes sillares. Esta debería de ser la planta noble, sin embargo, las grandes ventanas se abren en el piso superior, con la misma composición que las principales del piso de abajo pero bastante más grandes.
En el último piso bajo un alero muy sencillo hay dos solanares con barandilla de madera, uno por cada casa.
Esta disposición en forma de espejo de las dos casas, nos muestra un ejemplo de arquitectura modular en la que los modelos se repiten en un mismo momento.
El ala oeste de la vivienda, según una de las vecinas del pueblo, estaba destinada a la Escuela de Niñas en el siglo XX. Actualmente, el edificio pertenece a la Asociación de Amigos “El Pilar”, de carácter municipal.













