Esta vivienda está construida en mampostería, aunque sus esquinas lo fueron en sillería. Frente a otras casas-palacio de la época, su puerta es adintelada con una viga de madera, al igual que las ventanas que componen la vivienda.
Las ventanas conservan el mismo estilo ya visto en su adyacente del número 23 de la calle Escorihuela, con una estructura adintelada en su parte superior e interior, siendo la segunda la que separa la abertura útil de la ventana y la puramente decorativa.
Una de esas ventanas, la superior derecha, presenta una decoración almohadillada en su estructura ornamental a ambos lados de la columna y una moldura que funciona a modo de remate. Justo al lado de esta última ventana, hay una pequeña representación de San Antón y de San Antonio de Padua, datada del año 1940.
En el lateral de la vivienda, se mantiene la técnica y estética de la fachada, destacando especialmente una entrada tapada con una puerta de madera que probablemente sería el acceso a algún granero o buhardilla del piso superior. Existe también un alero simple y decorado por canes con remate de voluta. Conserva la carpintería tradicional de madera en alguno de sus vanos.



















