La casa Blinque es otra de las joyas arquitectónicas de Iglesuela. Está ubicada en uno de los entornos urbanos más espectaculares, formado por la fachada de la iglesia parroquial y por la casa consistorial, con su lonja abierta por tres arcos apuntados. Quizás por este motivo, se construyó el elemento que la caracteriza dentro de la arquitectura renacentista aragonesa, el gran tejado volado sobre la fachada principal. La intención sería equilibrar con ello la volumetría de este espacio ya que, de otro modo, la fachada podía parecer de poca entidad en comparación con el resto de la plaza.
Se trata de una cubierta soportada por una gran viga principal, que por una lado se sustenta en el muro y por otro en una columna. Sobre esta viga descansan las vigas menores transversales, y sobre ellas la tablazón de la cubierta. Como elemento decorativo, la talla en forma de voluta de la cabeza de las vigas menores.
El soporte exento está formado por una base de sillares, de aproximadamente la mitad de la altura y por una columna de piedra de tradición gótica reutilizada. Es de sección hexagonal y conserva el capitel tallado con dos escudos. También aparece la fecha de 1729 que, sin duda, no corresponde con la columna, si no con su fecha de colocación o con la fecha de finalización de alguna reforma importante del conjunto.
La fachada se muestra enlucida y pintada de blanco. Sobre ella se abre el arco de medio punto con dovelas de piedra. En la clave del arco se distingue una letra Tau tallada. En ella se dispone también el escudo familiar. Llama la atención los dos vanos ovalados ubicados uno a cada lado de la puerta, y que debían servir para iluminar el espacio semisubterráneo con el que se corresponden.
