La cárcel medieval de Tronchón está situada en la plaza principal de la localidad. Es un edificio en esquina, de dos plantas, la inferior realizada en sillería y la superior en tapial.
En la planta baja se abre una pequeña puerta gótica de arco conopial, sobre la que aparece el escudo de la villa enmarcado por un rombo. En el piso superior se abren varias aspilleras.
El suelo interior es la propia roca sobre la que está asentado el edificio. La cárcel propiamente dicha, en la planta baja, es una estancia rectangular abovedada con medio cañón.
La existencia de cárceles, para encerrar a los delincuentes, fue habitual en todas las poblaciones de las Tres Bailías (Cantavieja, Castellote y Aliaga), al disfrutar en Aragón los comendadores y bailíos de la Orden del Temple de la plena jurisdicción civil y criminal en sus territorios. La presencia endémica de un extendido bandolerismo en la zona durante la Edad Moderna, con frecuentes fugas, motivó la fortificación de estas construcciones. Otras cárceles de interés en el Maestrazgo son las de Fortanete y Villarroya de los Pinares.
La cárcel antigua de Tronchón data del siglo XIV.