En el año 1756, el vicario general la bendijo, pero no fue acabada hasta el 1763, momento en el que José Aliaga acabó su decoración, y se colocó la imagen de Nuestra Señora de los Dolores, realizada en Nápoles por dos nobles que también llevaban el apellido Aliaga, Francisco y su hija Francisca. Seguramente ambos pertenecían a la conocida familia Aliaga de Iglesuela del Cid, la cual tenía banco propio en esta capilla.
Podemos ver como para exagerar la perspectiva en la capilla los arcos y las columnas van disminuyendo de tamaño progresivamente.
Con respecto a los ángeles en la Guerra Civil los originales son destruidos, los actuales se colocan tras el conflicto, gracias a la restauración de la Capilla llevada a cabo por Miguel Ángel Casany.
La talla de la Virgen de los Dolores no es la original que se ha mencionado con anterioridad.
Las pinturas de los medallones representan escenas de la Pasión de Cristo, la primera corresponde al momento de oración en el Huerto de los Olivos, la segunda escena representa el momento tras el Descendimiento cuando llevan a Cristo en volandas a su tumba.


