Las Casas del Concejo fueron construidas en 1540 por Pedro Belmonte, según reza la placa de piedra que hay sobre sus arcos.
El edificio se apoya en la roca pudiéndose ver en la lonja la pared irregular de la misma. Con posterioridad se le añadiría la Casa de los Pobres. Tiene una lonja de tres arcos cubierta con una techumbre de vigas de madera que se comunica con el piso superior a través de una escalera de piedra en el lateral izquierdo.
Los arcos conservan los bancos de piedra que los unían y cerraban el espacio de la lonja.
Subiendo la escalera, en el primer tramo se encuentra la cárcel con su puerta original de madera cubierta con chapa de hierro y manteniendo la cerradura y cerrojo originales de forja. En el segundo tramo se entra en el salón del concejo de grandes dimensiones con tres ventanas festejadoras que al exterior tienen el alfeizar moldurado.
Desde esa planta se accede a la secretaría, hoy convertida en sanitarios, y al hospital a través de una puerta adovelada. En el espacio entre el salón del ayuntamiento y el hospital hay una escalera de madera que permite subir a la falsa del ayuntamiento. Este espacio, también muy amplio debió tener uso no solo de almacenaje, sino que se prestaría algún servicio puesto que se conservan restos que muestran que estuvo lucido y pintado y tiene dos puertas de acceso desde la calle trasera del edificio. Estas dos puertas permiten entrar a dos salas separadas por una pared de madera.
Los concejos necesitaban espacios con unas determinadas características para desarrollar las funciones que le son propias. La mayoría de los ayuntamientos de la comarca, tienen similar distribución que es común al de La Cañada de Benatanduz, en la planta baja la lonja, para los intercambios comerciales, la cárcel y la carnecería. En el caso de Cañada no hay un lugar destinado a la venta de carne en el edificio municipal y la cárcel está en un piso intermedio antes de llegar al salón.