El Museo de Molinos adquiere dos nuevos dibujos del artista Eleuterio Blasco Ferrer

El año 2016 ha terminado  para el Museo de Molinos con la adquisición de dos dibujos de Blasco Ferrer a un anticuario gerundense. Se trata de una sanguina con elementos propios de su particular poética surrealista realizada casi con seguridad en 1939 durante la estancia del artista en el campo de concentración de  Vernet d´Ariège, de similar factura a otros dibujos de la misma fecha que posee el museo y que forman parte de una de las etapas más interesantes del artista de Foz-Calanda (Véase PÉREZ MORENO, Rubén,”Los dibujos del artista aragonés Eleuterio Blasco Ferrer en el campo de concentración de Vernet d´Ariège”, en ERDOCIA, Carolina (coord.), Arte y exilio (1936-1960), Hamaika Bide, San Sebastián, 2015, pp. 185-201.) El otro es un dibujo al carboncillo que representa a un joven con un canastillo, ya de los años 50, transposición al papel del tipo de personajes que realiza en hierro en esa década. 

Ambos dibujos pertenecieron al pianista José Falgarona (Figueras 1921-París 2008), con el que tuvo relación Blasco. De hecho, el primer viaje que realizó el artista a España, casi treinta años después de que atravesara la frontera franco-española en febrero de 1939 hacia el exilio, lo preparó aprovechando un concierto del concertista. Así quedó fijado el viaje en palabras del propio Blasco en una carta enviada desde Francia a su familia barcelonesa el 19 de junio de 1968:

 “Ayer cené en casa del pianista Falgarona, y nos pusimos de acuerdo  para ir juntos. Él va a San Rafael a dar un concierto, y el día 5 sale con dirección  a Figueras. En principio nos juntaríamos en Narbona y pasaríamos la frontera a las 17.25. El tren sale para Barcelona a las 21.55 (…). De Pierrelatte os escribiré o telefonearé. Para confirmaros el viaje os mandaré un telegrama”.

Ese verano de 1968 Blasco viajará pues a Barcelona, visitando además Foz-Calanda y Molinos. Y no sería de extrañar que ambos dibujos fueran regalados a Falgarona en agradecimiento.

La colección Eleuterio Blasco Ferrer del Museo de Molinos se enriquece pues con esta nueva adquisición de dibujos de su hijo adoptivo.